"Si quieres recoger miel, no des puntapiés a la colmena."
La crítica es inútil porque pone a la otra persona en la defensiva, y por lo común hace que trate de justificarse. La crítica es peligrosa porque lastima el orgullo, tan precioso de la persona, hiere su sentido de la importancia y despierta su resentimiento.
El resentimiento que engendra la crítica puede desmoralizar empleados, miembros de la familia y amigos, y aun así no se corrige la situación que se ha criticado.
Comprendamos que a la persona que queramos corregir y censurar tratará de justificarse probablemente, de censurarnos a su vez.
"No los censuréis; son tal como seríamos nosotros en circunstancias similares."
¿Conoce usted a alguien a quien desearía modificar, y regular, y mejorar? !Bien¡ Espléndido. Yo estoy en su favor. Pero, ¿por qué no empezar por usted mismo? Desde un punto de vista puramente egoísta, eso es mucho más provechoso que tratar de mejorar a los demás. Si, y mucho menos peligroso.
"Un gran hombre demuestra su grandeza por la forma en que trata a los pequeños."
En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginar porque hacen las cosas que hacen. Eso es mucho más provechoso y más interesante que la crítica; y de ello surge la simpatía, la tolerancia y la bondad. "Saberlo todo es perdonarlo todo."
"El mismo Dios, señor, no se propone juzgar al hombre hasta el fin de sus días." Entonces, ¿porqué hemos de juzgarlo usted o yo?
Fuente: Condensado del libro de Dale Carnegie - Como ganar amigos e influir sobre las personas.
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